Ha aparecido una crítica de Quique Herreras de las últimas funciones en el Teatro Principal de la Operilla esta nuestra que andamos representando por esos mundos que no son de Dios sino de Rosini. Dejo caer por aquí el enlace por si hubiera alguien interesado en su lectura. Aviso que habla bien, y una crítica que habla bien de lo que supuestamante debe criticar no tiene ningún interés, está como descafeinada, sin morbo ni emoción ninguna. Los teatreros sabemos que las buenas críticas no interesan a nadie salvo a nosotros mismos, justo lo contrario que ocurre con las malas. Creo que esta es de las primeras. Los del teatro somos así y nos ponemos a hablar mal de cualquiera esgrimiendo como principal argumento el que todos hablan bien de ese cualquiera. Es lo más genial del teatrerismo radical: ese desquiciamiento pasional que junta y remueve hasta parecer lo mismo el amor y el odio, lo genial y lo deleznable, lo sublime y lo vulgar… Y así hasta el infinito y más allá.
http://www.levante-emv.com/secciones/noticia.jsp?pRef=2008121600_39_532249__Cultura-Jugar-opera
Y para contrarestar la seriedad a la que induce esto del criticonismo pongo unas fotos que tenía por ahí de algunos Cenerentoleros en las que claramente se muestran muy poco sensibles a las opiniones ajenas.
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