Este pasado fin de semana hemos hecho 4 representaciones de Carmen en la emocionantemente inacabada SALA RUZAFA. Hemos ido de los 30 espectadores del jueves a los 113 del domingo (no esta nada mal la progresión). Sobre los números ha prevalecido una idea bastante más importante, a mi entender; me explico: el domingo estaba yo sentado en el diván circular que formó parte en su día del decorado de Hotel Venecia observando el público que iba entrando al interior del teatro… Había algo en la actitud, la gestualidad, la manera de estar de la gente que emitía ondas de curiosidad, respeto y afabilidad. Lo sentí como un avance, o una representación del futuro público de esta sala y me invadió una suerte de euforia que me dejo extrañado, por el simple hecho de llevar meses sin sentir esta naturaleza de emociones positivas asociadas a esta práctica profesional nuestra. Un teatro nuevo, público nuevo, sin olvidar lo que hay detrás: personas entregadas en cuerpo, alma, horas, nervios y ansiedades a este gran proyecto que sin duda va a inyectar en el maltrecho teatro de esta ciudad una estimulante dosis de vitaminas. Hemos sido la primera compañía en participar en esta pretemporada en pruebas y por esta razón queremos agradecer a Chema Cardeña, Joan Carles Garés, Mariángeles Marchirant, David Campillo y todo el equipako del teatro su deferencia y su acogida estos primeros días de mayo. ¡Ah! Los actores estuvieron espléndidos en las cuatro funciones y los espectadores salieron muy, pero que muy, impresionados (ya sabéis que mis observaciones a este respecto son totalmente objetivas y desinteresadas).