Noche de jueves y estreno. Las chicas de tu barrio profesional encarnadas por arte de Zapibirloque en heroínas de tebeo. Sensuales, lúbricas, explosivas como los globos hechos con el chicle Bazoca. Espuma femenina brotando de las rendijas de las tablas mal ajustadas de LA CARME… Espuma que iba subiendo de nivel hasta dejarnos sumergidos en el tanque de los sueños que sirven de combustible a una nave espacial forrada con papel Albal y propulsada con petardos. Nave en la que todos nos subimos con la seguridad de poder acabar posándonos en algún planeta con una playa parecida a la de Dénia y con una grada con sillas aceleradoras de las nanopartículas de la emoción de intensidad alta. Los chicos se subían por las paredes de la sala de control y las chicas se preparaban para su próxima misión contra los cosmoinvasores.
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