Bueno chavales/as, habréis observado/da que llevo unos cuantos días/díos sin decir nada por aquí/acá. No es que ande ocupadísimo, que ando. No es que haya sufrido una abducción extraterrestre, porqué los marcianos que controlan todas las dimensiones me hubieran devuelto a mi tiempo un segundo después de haberme secuestrado. No es que me haya vuelto loco, que ya lo estaba… es que se me ha roto, de romper todo roto, el disco duro. Aunque se llame así se rompe. Proveeros de todas las memorias externas habidas y por haber si no queréis que os ocurra lo que a mi: he perdido el registro de mis dos últimos años de existencia. Es como si se me hubiera roto, extinguido o muerto un cacho de mi cerebro, ya de por si bastante desmemoriado y lleno de averías, y esto para siempre jamás de los jamases. Mucho aple y mucha polla… para qué? Bueno, ahora cuando se me pase el disgusto a ver si recupero la dinámica de este bonito sitio. He visto muchas cosas ultimamente que me gustaría comentar aunque el factor actualidad se me quede subido al coche escoba. Menos mal que este blog ha sobrevivido y Ricardo de Inklude me ha asegurado, por el rosario de su madre, que los blogs son imborrables. Espero que así sea. Sniffffffff!!!!
