“Los Carmensitos” han hecho una visita relámpago a Estocolmo, en ese friísimo país llamado Suecia. El joven festival en el que nos han incluido se cobija bajo el mismo tipo de teatro que el festival de Mim de Sueca, el Cos de Reus o el Mimus Festival francés. Justo éste último nos hizo el papel de escaparate para el director del festival sueco; Roger, que además dirige también su propia compañía formada por un grupo (también de suecos), je, je, entre los que se incluye su pareja; Ivonne… Y todos ellos juntos nos han recibido con una calidez y una generosidad que nos ha permitido recobrar el confort que acompaña a este tipo de eventos dónde todo resulta próximo y positivo.
La función tuvo lugar en el BOULEVARDTEATERN, asistirían unos 250 espectadores aproximadamente y la mayoría de ellos acabaron la función aplaudiendo de pie. Luego hubo un encuentro con parte del público y Ángeles me cuenta que le dieron muchas vueltas a la clasificación del género en el que se podría incluir nuestro montaje, que si títeres, que si mimo, que si teatro visual… Destacaron la versatilidad de los intérpretes, el mérito de trabajar con títeres para adultos y la fuerza de la propuesta. Luego se habló de lo inevitable: la situación de España en general y nuestras expectativas de futuro en este contexto… Bueno, os lo podéis imaginar, el panorama que pintó Àngeles con su proverbial concisión el el idioma de Shakespeare, no les hizo llorar sencillamente, porque son del norte y no se lo permiten en una circunstancia así.
La organización del Festival confía en crecer mucho el año que viene y ojala así sea porque aún estando lejos damos fe de que se puede llegar con un espectáculo en las maletas. Nada más llegar fuimos agasajados con unas degustaciones gastronómicas que nos insuflaron proteínas y grasa animal para todo el mes. Creímos que nos había venido a buscar Kevin Spacey al aeropuerto pero no; se trataba del amabilísimo Ulf, vivo retrato del famoso actor norteamericano. Zapater se pasó el viaje preguntando por Sigur Ros a unos y a otros haciendo oídos sordos a su origen real: Islándia. Josep, has ido a Sueciaaaa!!!
Y rematamos esta bonita crónica alegrándonos por habernos librado del gigantesco fiasco Spanair por cuestión de horas… ¡Menos mal!
Qué bien, una función, un festival… ¡Se nos saltan las lágrimas!
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