Edipo Rey

Sófocles fue un dramaturgo inquieto, comprometido y con un sentido profundo del significado social y humanístico del teatro. Establecer una conexión contemporánea con un autor tan alejado por el tiempo y tan cercano por su poética y sensibilidad despierta en nosotros una curiosidad muy singular, a la vez que supone también un reto artístico verdaderamente estimulante.

Edipo es una de las grandes creaciones de los trágicos griegos que perviven en el imaginario del hombre actual de la manera más clara y evocadora.

Conseguir que un personaje trascienda al tiempo y a la historia de esa manera es un enigma encerrado dentro de la sabiduría sosegada y sencilla con la que Sófocles supo erigir estas figuras de carne y hueso agitadas por las pasiones más violentas y por los sentimientos más tiernos. Figuras llenas de una grandeza orgullosa y heroica y de una humanidad verdadera, tan parecidas a nosotros y al tiempo tan dotadas de una nobleza incuestionable.

El secreto de Sófocles emana del abandono de todo lo superfluo y fortuito para dirigir su mirada a los procesos más íntimos de donde irradian los misterios de la ley que articula las relaciones humanas.

Edipo rey es, en definitiva, una obra conmovedora como ninguna otra que conserva intacta su capacidad para conducir al espectador a un ámbito mítico donde los hombres y los dioses interactúan de una manera misteriosamente solidaria. Una obra que nos trasciende y nos conecta con un sentido mitológico de la existencia que aún hoy continúa expandiendo nuestros sentidos y aporta una emoción metafísica difícil de explicar.

El montaje

La idea de montaje se organiza alrededor de la adaptación textual en la línea de las últimas creaciones de la compañía (La Celestina, Hamlet). Sin embargo, las mismas características del texto de Sófocles nos conducen a unos planteamientos estilísticos muy diferentes, tanto en lo que se refiere a la puesta en escena como en el código interpretativo.

Queremos investigar las posibilidades expresivas de los títeres en un contexto trágico donde las fuerzas que remueven los personajes proceden tanto de su conciencia íntima como de la acción superior de los dioses.

De la obra se desprende una visión poética cargada de ambigüedad donde el secreto de la vida y el futuro se deposita en manos de unos personajes mágicos dotados de una percepción privilegiada que los sitúa más allá de nosotros mismos, más allá de los otros personajes que los interpelan. La creación de esos personajes superiores nos debe llevar a un campo inédito en nuestra trayectoria.

Sófocles recrea un mundo donde la fuerza del destino se impone de una manera funesta y la grandeza del héroe nace del afán inquebrantable para sobreponerse y enfrentarse con nobleza a lo que le viene dado sin explicación.