Todavía no he conseguido librarme del empacho que sufro desde el día de Reyes después de haberme atiborrado a croquetas en casa de mi amiga Ana. Quiero exculpar a Maruja, la madre de Ana, y entonar el mea culpa sobre una tonada de villancico para conjurar los malos rollos que la Navidad potencia y amplifica, hasta verte incapaz de mantenerlos quietecitos dentro de ti como siempre suelen estar, he hecho todo lo que he sabido para auto flajelarme, sobrealimentarme, desparramarme, expandirme, contraerme y volverme a atiborrar y así me ha ido: Empachado como cuando era pequeño y con los trapecios al rojo vivo contractutados hasta los tres pelillos que adornan mi espalda. Escribo esto, a modo de introducción exculpatoria por haber tenido el blog en estado de semiabandono. He de decir, también en mi descargo, que padezco muchos agobios creativos que me coartan las pocas actividades lúdicas a las que me puedo dedicar en los periodos, como éste de ahora, en los que inventamos espectáculo nuevo. Y también quiero añadir que vuestros escasos comentarios no me tienen especialmente motivado, julandrones!! Con lo poco que cuesta dejar escritas dos tonterias. Mecachis en la mar! Que diga… Hostia! Quería haber contado que estuve en el Principal viendo El Circo de La Mujer Serpiente de Ananda Dansa. Rosa Belén me enviaba cada día un mail recordándome que aún no había ido y lo cierto es que lo pase bien sentadito en la platea de nuestro primer coliseo. Tuve suerte al darme cuenta, a los cinco minutos de empezar, de que tenía el Criticoneador enchufado. Lo desconecté y empece a ver un montaje para todos los públicos consecuente y bien hilvanado y sobre todo con una factura estética muy superior a lo que es habitual, no solo en los espectáculos infantiles, sinó en la mayoría de los de adultos. Rosa está genial de mujer forzuda, es una verdadera sorzeneguer!!! Ayer también estuve viendo el estreno de Yo os declaro. Aquí hay mucho que contar. No llevaba la cámara y me he quedado sin documentación gráfica. Estuvo muy chulo porque todo eran amigos dentro y fuera del escenario. Estaba un poco nervioso por ver a Lorena sobre todo, ya que sé de todos sus esfuerzos y tribulaciones por convertirse en una buena actriz y la verdad es que la tía estaba a la altura de Àngel y de Pauet (dos actores geniales) e incluso por momentos brillaba con luz propia y no veías a nadie más sacó ese ángel suyo que te deja embobado solo con mirarla y se nos metió a todos en el bolsillo, o en la entrepierna, según los casos. La enhorabuena a todos por haber conseguido un espectáculo joven y contundente. Eva Zapico va encontrando su propio lenguaje y eso como teatrera y mujer es lo más valioso del mundo, para ella y para todos los que con ella convivimos. Teatralmente hablando, claro.
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