Lennon
Lennon
2002
Sobre la obra
Tres personajes atrapados por la interpretación: una cantante de jazz, su hijo marionetista y una stripper que se cruzará en sus vidas. Imprevisibles porque son humanos, sensibles porque nos abren sus caminos más secretos, completos porque se consideran irremediablemente inacabados. Viven con el peso del pasado o de la culpa, se pelean entre la rivalidad y la adoración que inspiran los padres, necesitan respuestas. Y así surge el humor, el mejor amuleto de la humanidad con cierta dosis de cinismo y acompañados de una preciosa música en directo que nos abre los poros de la piel para que las emociones penetren más rápido.
Nuestro espectáculo se podría llamar Stephen Hawking o Lance Armstrong en lugar de Lennon. Cualquier persona con un handicap ineludible le hubiera podido prestar su nombre al perro de nuestro marionetista David. Y es que la naturaleza siempre acaba por hacernos feos, inválidos, torpes…o peor todavía, de una patada nos lanza al vacío de la manera más perversa, tal y como le ocurrió al mismo Lennon. Nuestra obra trata de esta gente, que bien pudiéramos ser todos. Si cuando la vida se te pone en contra eres capaz de transformar la desazón inicial en rabia positiva, en fuerza creadora, eres uno de los nuestros, eres uno de los que se empeñan en alterar el orden de las cosas, siempre tan injusto e imperfecto, siempre solapado bajo las promesas de felicidad de los mercaderes modernos. En el otro extremo encontramos a los rencorosos que siempre acusan a los demás, e incluso al propio Dios, de sus desgracias y todo lo que son se impregna de un resentimiento paralizante. Pero lo más importante es saber que la existencia de unos pone en evidencia a los otros.
Antes de iniciar este proyecto, pensando en el teatro y en todos los que nos dedicamos a él, me preguntaba por la esencia de nuestra vocación, por el misterio que explica una atracción tan intensa, casi un instinto que de manera activa o latente condiciona cada instante de nuestra existencia. Me puse a escribir sin tener la respuesta, aunque consideraba que era imprescindible para empezar. Todo fue adquiriendo forma y de pronto Lola, nuestra stripper, nos dio la respuesta:
LOLA: En el mundo hay dos tipos de personas: las que son de aquí y las que vienen de otro lugar. Nosotros tenemos en la memoria cosas de otro lugar, como de otro planeta… Nos hablan desde el cielo, y las cosas que vienen del cielo no se pueden expresar con palabras normales. Has de inventarte otro idioma, si lo descubres y aprendes a hablarlo, te salvas… Si no lo descubres… Ya lo sabes… ¡Como una moto para toda tu vida!
Sentir al público es como hablar con los extraterrestres. Es una de esas experiencias que te alejan de la selva de la biología y te introducen en el imaginario, donde todo deja de ser natural y se transforma en auténticamente humano. Vivir en esta dimensión es, sin duda, la verdadera adicción que padece Caterina y el resto de habitantes del escenario, incluidos nosotros
Equipo artístico
Autor: Jaume Policarpo
Dirección musical: Enric Peidro
Dirección: Gemma Miralles
Intérpretes: Teresa Urroz/Pili Paneque, David Durán, Cristina García
Pianista: Ricardo Belda
Espacio escénico: Jaume Policarpo
Iluminación: Víctor Antón
Equipo técnico: Edu Bolinches, Ximo Muñoz
Diseño gráfico: Estudi Paco Bascuñán
Fotografía: Pepi Ureña, Jaume Policarpo
Prensa: Mariví Martín
Producción ejecutiva: Ángeles González, Josep Policarpo