En Madrid también estuve en la platea del María Guerrero viendo el Woyzeck de Georg Büchner con puesta en escena de Gerardo Vera. A lo largo de la representación se me aparecían en el cogote las imágenes borrosas de otro Woyzeck, el de la desaparecida compañía valenciana MOMA. Se estrenó creo que en el 93, ¡Dios mío, qué vértigo! Recuerdo especialmente la compleja inmersión de Empar Canet por las entrañas de esta inquietante prostituta; María: alma pura sometida a la violencia incomprensible de un tiempo terrible. También me acuerdo mucho de los primerísimos planos del rostro de Pep Ricart proyectados en blanco y negro al fondo del escenario… Una verdadera película expresionista en vivo. Fue el primer gran montaje de Carles Alfaro y un auténtico hito en el incipiente teatro valenciano de aquellos años. Por lo que respecta al montaje del Centro Dramático Nacional es una propuesta muy coherente formalmente, con un elenco excepcional y una profusión de medios técnicos y artísticos que te deja apabullado pero… Siempre esperas, cuando entras en un teatro tan importante, salir tocado en alguno de los innumerables fueros internos que abres al sentarte en la butaca y hacerse la oscuridad. No fue el caso.