La caja de juguetes

Un concierto/espectáculo de Bambalina Teatre Practicable

La caja de juguetes se estrenó en el espacio El Almudín de la ciudad de Valencia el 28 de diciembre de 2022 dentro de la programación navideña “Menut Palau” del Palau de la Música de Valencia

El ballet pantomima para niños La boîte à joujoux (La caja de juguetes) de Debussy fue la última obra importante que el músico compuso para el teatro, acabada en octubre de 1913. En su origen era una historia ilustrada por el artista André Hellé, especialista en libros infantiles. Hellé transformó la historia en un sencillo guion para un ballet, para el cual Debussy aceptó componer la música. Chouchou, la hija del compositor, tenía en aquel momento siete años, y fue ella en parte, junto con todas sus muñecas y demás juguetes, la que lo inspiró a la hora de componer la música para piano. La partitura publicada de la pieza contiene ilustraciones llenas de colorido y encanto e incluye comentarios sobre la acción en los que se aprecia el carácter delicado y sensible que el compositor imaginó para su obra.

Debussy llamó la obra ‘pantomima’, dando así a entender que era un tipo de entretenimiento variado sin diálogo hablado cuya base expresiva es el gesto y el movimiento. Además, manifestó algunas ideas en cuanto a cómo debía presentarse:

“-Es de lo más sencillo, ¡incluso infantil!… Los personajes deben mantener sus movimientos elementales y sintéticos, y su aspecto burlesco de recortes de cartón, sin los cuales la obra no tendría ningún sentido.”

Además, comentó que «solamente las marionetas pueden representar el significado de la obra y la expresión de la música».

La música de La boîte à joujoux, que dura 40 minutos, es delicada, ingeniosa y sutil, y está repleta de referencias a canciones populares, temas clásicos famosos, y alusiones a otras composiciones del mismo Debussy. Aunque contenga parodias notables como “El coro del soldado” de Gounod y la “Marcha Nupcial” de Mendelssohn, la música no es nunca vulgar o pomposa. En cierto punto encontramos un exótico solo arabesco que Debussy explica en una nota a pie de página: «es un antiguo canto hindú que aún se usa actualmente para domar elefantes». Lo que le confiere una coherencia general a la partitura es el uso recurrente de motivos marcadamente contrastados para los tres personajes principales: un toque de diana para el soldado, una exquisita melodía de vals para la muñeca, y un motivo estridente y angular en intervalos de segunda mayor para Polichinela.

La recuperación del arte de los títeres en las últimas décadas del siglo XX ha posibilitado alguna propuesta escénica más cercana a su intención inicial, aunque no conocemos ninguna producción que realmente haya sido capaz de aglutinar la sensibilidad y la delicadeza poética que desprende la partitura y las ilustraciones que la acompañaron en su primera publicación.

Quizá nuestro interés en la obra parta de esta idea, ya que pensamos que por nuestra experiencia y el contexto profesional y musical que estamos viviendo, nos encontramos en una situación privilegiada para rescatar esta partitura y poder ofrecerla al público actual con el encanto y la sutil poesía con la que fue creada.