Ha vuelto a la Sala Carmen (ya estuvo la temporada pasada) Maribel Bravo con su pieza Visite Piso Piloto. No la pude ver la vez anterior pero en esta ocasión he tenido más suerte. Es una pequeña y primorosa obra que contiene fragmentos del imaginario de esta actriz de corazón libre sombreados por el lápiz de un amigo suyo; Miguel Vasconcelos. Me ha parecido paradigmática esta obra de aquello que ha de nacer y crecer al socaire de las salas alternativas y por ello me resulta perfecta en su conjunto. No se me ocurre mejor sitio para verla que este sugestivo espacio que la ha acogido por segunda vez. No puede haber mejor intérprete que esta actriz con cuerpo de ninfa y alma agreste capaz de aglutinar a su alrededor un séquito de cofrades teatrales de primer nivel. No se pudo decir mejor lo que se dijo. Ni tampoco se pudo hacer mejor lo que se hizo. Porque de entre todas las opciones posibles se eligió siempre la mejor… ¿Qué cómo sé yo eso? No tengo una respuesta clara… ¿Intuición? Bueno, si me han salido las palabras por algo será.
El espacio sonoro creado por Joan Mei participa también de esta sencilla excelencia general y aporta extrañamiento y profundidad. Sus ruidos abren constantes toboganes de gusano por donde resbala todo aquello que imaginan nuestro oídos.
Y el toque maestro de Juan Domingo, porque no se debería hacer nada en la vida sin la colaboración de un diseñador gráfico.
En fin, ¿qué más pudo decir… ? todo el tiempo tenía ganas de tocarle las tetas a Maibel, como quien estruja un globo lleno de agua. Esto último resulta un tanto gay ¿verdad? Shit!!!
No, hombre, que no. Que yo mismo llevo años queriendo tocarle las tetas a la buena de Maribel.