Antoñita me ha reenviado un mail de David Fernández en el que éste expone su proyecto de subasta en Internet de la prenda textil que le cubría las partes sensitivas interiores a Angélica Liddell en una función a la que acudió como espectador. Publico aquí la carta por apoyar la ocurrencia de David. Ocurrencia que me parece genial y me recuerda, no sé muy bien porqué, la carta que le envió Dalí a su padre impregnada de su propio semen y una nota que decía: “te devuelvo todo lo que te debo”. (O algo así). Si que sé porqué me lo recuerda, ahora que caigo… Ambas ideas mezclan provocación, arte y escatología, a la vez que se trasluce un fondo económico. Bueno, lo que mola es que alguien se embarque en algo que al final nos pueda dar una perspectiva distinta y original del juego del teatro y de sus jugadores. La última vez que vi a Angélica en la tele recogiendo el premio Valle Inclán superdotado con 50.000 euros al lado del Ansón me quedé bastante flipado y no se me disipó el flipe ni siquiera al escucharla decir que estaba borracha. También me extraña ahora la idea del dinero asociada al éxito de la subasta… pero me gusta extrañarme! David es un tío increíble, lo vi en Los Persas del Bieito y tiene un dejarse estar… un magnetismo en el escenario inusual. Os recomiendo que entréis en su web y le echéis una miradilla a los vídeos de sus acciones. ¿Porqué guardará las bragas en la nevera?
LA CARTA EN CUESTIÓN
el pasado viernes día 30 angélica liddell (figueres 1966. dramaturga, directora y actriz) me dio sus bragas durante el desarrollo de la pieza NO PAIN NO FUN en un teatro de madrid.
yo estoy como un chaval con sus bragas, para mi es como un trofeo. soy un puto campeón. durante el transcurso de la pieza las metí una la caja de la pizzería el Vesubio, que ella me trajo. es la pizzería donde yo iba a comer desde pequeño con mis padres. pura casualidad. las bragas están ahora guardadas en la nevera dentro de la caja. no quiero que se queden ahí…
LAS VOY A RIFAR.