La Sonrisa de F. García Lorca

La Sonrisa de Federico García Lorca es una aproximación afectiva a la vida y al universo del genial poeta granadino. Se trata de un espectáculo en el que se explora la capacidad metafórica de las imágenes y en el que abundan los hallazgos estéticos y expresivos. Desde el inicio de la representación se recrea un imaginario insólito que atrapa al espectador por su elocuencia expresiva y su absoluta originalidad. Todos los elementos que confluyen en escena música, danza, luces, actores, títeres, objetos y escenografía consiguen introducir al espectador en una dimensión distinta donde el teatro más que entenderse se siente en la propia carne.

El imaginario de esta compañía, repleto de títeres, objetos y símbolos, ofrece ahora la vida y la obra de un Lorca poeta, pianista, autor de teatro para títeres, homosexual, emigrante, fusilado. Un personaje fundamental que protagonizó y sufrió el retazo de la historia de España que apuntaba hacia una auténtica revolución intelectual, frustrado por la llegada de la dictadura

En La sonrisa de Federico García Lorca, Jaume Policarpo aborda la dimensión poética del títere en su más amplia expresión: de la mano de un poeta. Y además, se trata de un poeta que mantuvo una constante relación con los títeres durante su vida; desde sus juegos infantiles en los que, como cualquier niño, construía sus propias historias animando objetos, hasta el conocimiento de los títeres de cachiporra y la creación de textos para teatro de títeres, el más famoso de los cuales, El retablillo de don Cristóbal, recogió una amplia tradición oral y popular andaluza a través de la versión autóctona del famoso personaje “Pulchinela” y desde entonces forma parte del repertorio habitual del teatro para títeres en España.

Otro de los elementos determinantes en los espectáculos de Bambalina es la música. En este sentido, Lorca representa claramente el concepto poético de la musicalidad puesto que ambas sensibilidades confluyeron en su creatividad como autor. Fue un excelente pianista y un apasionado del flamenco, e incluso se planteó en su juventud la posibilidad de dedicarse a la interpretación musical como profesión. Con el tiempo, incluyó esta pasión en forma de canciones que él mismo escribía para sus obras de teatro. Y así, el piano es uno de los objetos protagonistas de este nuevo espectáculo de Bambalina, introducido por el pianista y habitual colaborador de la compañía, Ricardo Belda. El flamenco, el jazz, el son cubano y las nanas populares están presentes en la obra, en ocasiones recreadas por la voz de la cantante Isabel Julve.

León Felipe solía referirse a la respuesta que un día dio Federico en su presencia a la siguiente pregunta: “¿Para qué escribes?. Para que me quieran», respondió. Esta respuesta es la misma que damos y daremos siempre cuando nos pregunte un amigo por qué hacemos teatro, títeres, danza… Pero será una simple respuesta incapaz de contener el duende encerrado en un verso, en una imagen, en una mirada, en una canción… Aunque tenemos el convencimiento de que ese genio inefable nace no del amor que solicitas sino del que das.