Mucho habíamos oído hablar de este teatro y finalmente hemos tenido la oportunidad de conocerlo de la mejor manera posible: actuando sobre su escenario, este pasado fin de semana. Es espacio es bonito, equilibrado y moderno, adjetivos todos ellos muy necesarios para acompañar a los títeres, ya que es éste el género al que principalmente esta dedicada la sala. Lo hemos pasado en grande haciendo estas tres funciones de fin de semana, sobre todo yo, que ya llevaba muchos meses sin estrujar papeles y sin enredarme y desenredarme con Merce y Oscar en estos viajes boleros a lo classic style que cuando molan molan más que cualquier otra cosa de este trabajillo nuestro. El viaje ha tenido el aliciente de una compañía suplementaria en forma de cicerone zaragozano de pro que nos ha llevado de aquí para allá y se ha ocupado, de diversas maneras (segun el objeto de ocupación y la hora del día) de todos y cada uno de nosotros. El mañiko aludido es Juanjito y a su natural desparpajamiento se ha sumado el de su grupo de amigos locales que en un par de horas se convirtieron en los nuestros. El breve paseo que dimos por el centro de la ciudad me recordó la Zaragoza que conocí hace bastantes años, ya que es una ciudad a la que vamos regularmente a actuar desde unas Navidades allá por el 85, entonces representamos en el Teatro Principal nuestro primer espectáculo para adultos «Clroscuro». Este montaje era árido como el desierto de Almeria. ¿Pero que más se les podía pedir a unos chavales de Albaida que querian hacer teatro del bueno con muñecos sin tener ni puta idea? Vernos sobre el escenario de este magnífico teatro a la italiana fue una de las sensaciones más fabulosas de aquellos primeros años. Ahora todo ha cambiado mucho, la Expo ha dejado mucha arquitectura moderna que hemos visto un tanto de pasada, espero tener ocasión de caminar de nuevo por esta agradable ciudad. Gracias al equipo del teatro Arbolé por recibirnos tan amablemente y darles la enhorabuena por este fantástico logro profesional en forma de teatro.
Para mi ha sido un placer ocuparme, como dice Jaume, de cada uno de los Krefteros, enseñando la ciudad que me vió crecer, y redescubriéndola también yo, porque cada año que pasa me resulta más cambiada y desconocida.
Aunque muy breve, ha sido un fin de semana muy especial. Conocer por fin al grandísimo y afamado músico Oscar Jareño ha sido maravilloso (tenemos que volver a vernos vernos pronto, eh), e intentar que bella y talentosa actriz Merce Tienda cambiara su opinión de la ciudad que hace unos meses le llevó a tantas desilusiones, ha sido todo un reto. NO se si entre todos lo habremos logrado (esperamos con impaciencia un post tuyo del viaje). Respecto al señor Policarpo, me reservo mi comentario para la intimidad, jejeje.
Ahora mismo no estoy inspirado, ya que además me están echando la bronca por no ayudar en la preparación de la comida de Navidad, pero me gustaría también decir que gracias a este viaje he podido también ver Kraft (tres veces, además) y aún estoy cantando las canciones y soñando con papel. Kraft consigue emoconarte con las cosas más sencillas de la vida, que al final, por mucho que nos enredemos, son las más bellas de todas.
Un beso muy grande a todos.
bueno, valeeee…tengo que decir que…..me gusta zaragozaaaaaa! y la pilaricaaaaa! o por lo menos un poquito más,je,je. hay que decir que esta vez me pareció una ciudad bastante acogedora y que fue un fin de semana corto pero intenso, comimos muy bien, paseamos por la ciudad, buen clima, salimos a tomar una copa, hablamos y reímos y estuvimos acompañados por unos magníficos guías zaragozanos..gracias!