Un camerino es un espacio transitorio. La sacristía. La antesala de la representación. Relucientes azulejos, espejos, perchas y algún grifo extemporáneo con su correspondiente pila. Es un sitio dependiente, sometido a otro que posee todo el valor y sin el cual carece de sentido. Se diría que es un lugar óptimo, por su naturaleza marginal, para situar una obra de teatro contemporáneo. Limbo en el que permanecemos los actores con la duda irresoluble de si al salir de allí caeremos en el cielo o en el infierno.
Me he quedado impresionado pensando en la cantidad de camerinos en los que habremos estado preparando nuestro juego de la vida. Nunca he sentido un camerino acogedor, son habitaciones en las que nadie se recrea, ni siquiera los que las diseñan y construyen. La gente de teatro no solemos darle importancia a los camerinos, hablamos poco de ellos y sin embargo se nos encoge el corazón al pensar en todo lo que hemos dejado entre sus desgastadas paredes. Quizás por todo esto resultan sutilmente inquietantes vistos a través de la cámara.
lo cierto es que yo he estado en tres camerinos en mi vida. Y tal vez, porque solo han sido tres, los recuerdo de un modo distinto, pero entrañablemente ñoño. Eran momentos diferentes, obras diferentes y siempre queda la incertidumbre de donde coño harás posturitas desnudo y frente al espejo la semana que viene!Kaka de profesión esporádica!!!
Me encantan las fotos. Parecen más un aportada de un dic de electro pop de modernos que fotos de camerinos…
frente los jardines del real hay una farola, engancho una cinta y zas, la dejo que vuele por todos los lugares del mundo en los que habeis estado, que se enganche de camerino en camerino, para trazar un dibujo mágico, como aquellos de números y puntos.
SUERTE
y que veais muchos camerinos más.
Alehop